Buenos días,
Esta semana no es una semana normal. Para siempre quedarán en mi retina todas las escenas y las vistas de la ajetreada vida de París. La primera vez que se visita París, como ha sido mi caso, todo el mundo te dice que es muy grande. No es del todo cierto; París no me ha parecido grande en extensión sino grandiosa, que es muy diferente.
La extensión es cuestión de tiempo: añadimos cuarenta o cincuenta años a Madrid y alrededores (Metrosur, Metronorte, los ensanches de la zona Este...) y quizás llegue a ser un poco más de la mitad de París, lo cual es, a mi modo de ver, comparable. Lo grande de París es lo que nunca podrá tener Madrid, lo que nunca podrá tener ninguna ciudad en el mundo: su grandeza y no me refiero a la extensión.
Un ejemplo si paseas por La concorde, la zona que más me ha gustado. Miras atrás y tienes la asamblea nacional, en medio de la plaza, queda el obelisco, de frente tienes la Madeleane, a la derecha el Louvre y a la izquierda la avenida de los Campos Elíseos con el Arco de Triunfo al fondo. ¿Es posible juntar tanto en tan poco espacio? Desde Lille todo eso está a 50 escasos Euros de distancia, ida y vuelta.
A mí me costó además una carrera: correr para subirse al TGV, mientras el jefe de andén sonaba su silbato, ver para creer. Muchísimas gracias a Elena y Carlos que me acogieron en su casa durante todo el fin de semana y no hicieron que esa cantidad ascendiera mucho más. Aunque claro, tuve que comprar una cámara de fotos, era obligado.
La ciudad, por otro lado, tiene mil caras. Sientes en cada rincón estar en el "centro" de algo. El buen tiempo acompañó afortunadamente y las riberas del Sena se llenaron de personas tomando el sol frente a la catedral de Notre Damme mientras los barcos pasaban de fondo. Nosotros aprovechamos el domingo para hacer un picnic en los jardines de Champs de Mars frente al palacio de Invalides, donde está enterrado Napoleón. Ha sido el momento de la semana; tomando un bocadillo de jamón serrano y un buen vaso de vino con la torre Eiffel al fondo. Definitivamente, no tiene precio.
El Sena de noche con la torre Eiffel llena de estrellas fue lo primero que recuerdo de la ciudad cuando llegué el viernes, una brisa (lo juro, hay brisa) que refresca el ambiente y un sol maravilloso que nos regaló una temperatura a pedir de boca. Las vistas desde Sacre Coeur, el punto más elevado de París me dejaron con la boca abierta. Un barrio donde además, descubres en cada rincón los lugares donde se rodó a película Amelie. De ensueño.
El sábado estuvimos en la ciudad universitaria de París, donde Elena tenía una actuación de claqué y naturalmente había que verla, jeje. De paso aprovechamos y comímos en el RU (restaurante universitario) y aluciné con las residencias universitarias, muy al estilo de lasfraternidades, con diferentes países como temática. No pasamos por la de España, pero sí pude ver la de México, Líbano y Estados Unidos; bandera enorme al viento con motivo de la próxima visita de Bush.
Me quedaron muchas cosas por ver en París, principalmente los museos, lo cual me da una idea de que seguramente habrá una segunda vez. Hasta Elena y Carlos, que llevan todo el año allí, dicen que les quedan muchas cosas por ver.
Es difícil señalar algo que destaque sobre el resto. La zona de "La Defense" con sus rascacielos, el arco de triunfo, la isla de San Luís, la avenida de los campos elíseos, el Louvre, el edificio Pompidou, el barrio latino, Notre Damme, el Sacré Coeur, el edificio de la Sorbona, Mon Martre,... la lista es interminable. Desde luego habrá una segunda visita y hasta una tercera...
La semana ha tenido otras pequeñas cosas aparte de las maravillosas vistas de París; la fiesta de la facultad de Economía, en compañía de Maria Chiara y su hermano Nicholá, por ejemplo. La entrada era de cinco euros que no pagamos y las copas estaban a medio euro. Consecuencia: invité a todo aquel que encontraba; la mayoría amigos y amigas de Nancy o de MªChiara que (todavía) no conocía. Un modo como otro cualquiera de conocer gente.
Las vistas se quedarán en mi retina durante mucho tiempo. Estoy ansioso por revelar las fotos. Un gran libro de recuerdos para una semana soñada. Hasta la semana que viene.