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GacetaLille número 22 - 28 junio 2004
Samba de despedida sobre fondo naranja


Buenos días.

Última semana de mi estancia, se acabó el tiempo, "rien ne va plus", como dicen por aquí. Apenas quedamos una decena de personas en la residencia. Afortunadamente el trabajo no me deja apenas tiempo para pensar. Esta semana la despedida ha sido la de Laura, la finlandesa. Una despedida con fiesta en La Latina y en el Snooker, hasta altas horas del martes. En el marco de Lille 2004, los gigantes invadieron Lille. Era el "bautismo" de Narciso, una nueva creación de la asociación de amigos de los gigantes de Lille, apodado "Le petit quinquin". Un espectáculo, una cabalgata, un banquete en el ayuntamiento y un concierto fueron los ingredientes de la celebración.

Esta última semana quería hacer algo especial para despedirme y pude escaparme a Alemania en una visita fulgurante por Maastrich, Vaals y Liege para terminar en Köln (Colonia) con la gigantesca catedral como colofón, sin duda uno de los edificios más impresionantes que jamás he visto, al mismo nivel (en impresión, no en altura evidentemente) que la torre Eiffel de París. Contemplar cómo un edificio gótico se eleva por encima de muchos edificios modernos te deja sin aliento; tienes que alzar tanto la mirada para poder contemplarlo en su totalidad; que pierdes toda referencia. Te preguntas ¿donde miro?, ¿cómo lo sitúo? ¿en relación a qué?... y sobre todo ¿qué tamaño tengo?,... porque llegas a sentirte verdaderamente pequeño al lado de una construcción tan enorme. Pasear a orillas del Rihn suele venir bien para volver a reencontrarte con las proporciones normales de las cosas.

Nuestro paso por Maastrich nos mostró la ciudad con más calles peatonales por metro cuadrado del mundo. Casi toda la ciudad es peatonal y hay numerosas rutas para descubrir sus intrincados rincones. Además, tuvimos la suerte de coincidir con el Söomerfestival de Salsa, una celebración anual que congrega a todas las comparsas y bandas de percusionistas de toda Holanda en una sola ciudad y un solo día. En ese punto del viaje, tener de compañeros a Tatiana, hispano-brasileña para más señas, y a los chilenos Claudio y Carlo, estuvo a la altura de las circunstancias. El color de las bandas -cada una de un color-, contrastaba con la decoración naranja de las calles y edificios, restos de la celebración el día anterior de la victoria de la selección en la eurocopa. El redoble de los tambores y timbales llenó las calles peatonales, guiados por el director de orquesta, que hacía surgir el ritmo como por arte de magia. Un mago que ha cambiado una varita por un silbato.

En Vaals pudimos subir al laberinto Drielandenpunt, en la frontera alemano-belga-holandesa. Un único punto desde el cual estás prácticamente en tres países a la vez. Mi móvil se volvió loco intentando seleccionar una red de las numerosas disponibles durante todo el tiempo que estuvimos. El paraje, además del jardín en forma de laberinto, está surcado de restaurantes y de oficinas de recuerdos. Tienes un restaurante alemán al lado de un restaurante belga y más allá uno holandés... Me imagino a la gente que viva cerca... "¿Dónde tomamos el café hoy? ¿En alemania o en bélgica?". Con sólo cruzar la calle podías pasar fácilmente de un pais a otro. Actualmente, ni si quiera tienes que cambiar de moneda.

En definitiva, 500 kilómetros de viaje que nos llevó por cuatro países, cuarenta euros de gasolina (a diez por persona) y un maravilloso recuerdo. La semana que comienza será rápida por los numerosos trámites administrativos que hay que completar para recuperar la fianza y cerrar la cuenta del banco. La próxima gacetilla será desde tierras hispánicas. Un saludo a todos y gracias por estar detrás de la pantalla todos estos meses. Nos vemos.


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"Bienvenidos al mundo real"
Tebas Rubèn Vidal
un inforMATRIXco en Lille 2004






 

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La gacetilla de los domingos: Aventuras y desventuras de un inforMATRIXco en Lille 2004
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